Cómo influye el sueño en el dolor crónico: nuevas perspectivas para reducir el sufrimiento

El dolor crónico es un problema mundial que impacta al alrededor del 20% de los adultos globalmente. Aunque hay progresos en tratamientos médicos y terapias, muchas personas todavía encuentran dificultades para conseguir un alivio eficaz. En este marco, una reciente investigación de la Universidad de Aalborg, en Dinamarca, ha descubierto una conexión llamativa entre la calidad del sueño y la sensibilidad al dolor, particularmente en mujeres. El descubrimiento indica que mejorar el descanso nocturno podría ser una estrategia fundamental para aliviar el dolor crónico, ofreciendo nuevas alternativas para quienes no han encontrado solución con los tratamientos convencionales.

El sueño y su relación con el dolor: lo que revela el estudio

El estudio, publicado en la revista European Journal of Pain, exploró cómo las interrupciones en el sueño pueden aumentar la percepción del dolor, un aspecto que hasta ahora no había sido suficientemente investigado. El equipo de investigación reclutó a 59 adultos sanos, de entre 18 y 45 años, para estudiar los efectos de las interrupciones del sueño en su sensibilidad al dolor. Durante el experimento, los participantes pasaron tres noches en condiciones controladas, en las que dos de ellas fueron interrumpidas por breves despertares para realizar tareas cognitivas. Los resultados mostraron que, incluso con pequeñas disrupciones en el descanso, los participantes experimentaron un aumento en su sensibilidad al dolor.

Una de las observaciones más interesantes del estudio fue la diferencia en los efectos del sueño interrumpido entre hombres y mujeres. Mientras que ambos sexos mostraron un aumento en la sensibilidad al dolor tras las interrupciones, las mujeres presentaron una mayor respuesta en ciertas pruebas de sensibilidad, como la alodinia mecánica, lo que sugiere que el sueño podría tener un impacto más significativo en la percepción del dolor en ellas.

Los científicos señalan que, si bien los resultados son alentadores, se deben considerar cuidadosamente, pues la investigación fue efectuada con jóvenes adultos saludables, lo que restringe la aplicación de las conclusiones a personas con condiciones de dolor persistente u otros grupos poblacionales. No obstante, los descubrimientos enfatizan la relevancia de observar los hábitos de sueño, especialmente en el caso de las mujeres, donde los efectos del sueño podrían ser más pronunciados.

El sueño como parte integral del tratamiento del dolor crónico

Uno de los aspectos más interesantes de este estudio es la implicación de que el sueño podría ser tan relevante como otros tratamientos para el dolor crónico, como medicamentos o fisioterapia. En muchos casos, los tratamientos convencionales para el dolor crónico no superan el 25% de eficacia, lo que obliga a los pacientes a recurrir a medicamentos más fuertes con efectos secundarios significativos. En este contexto, optimizar la calidad del sueño podría ser una alternativa valiosa para mitigar el dolor, especialmente en mujeres que presentan una mayor sensibilidad.

El equipo de investigación de la Universidad de Aalborg planea continuar su trabajo y aplicar sus hallazgos en personas que padecen dolor crónico para ver si los resultados obtenidos en el laboratorio se replican en la vida real. Esto podría marcar el comienzo de una nueva era en el tratamiento del dolor, en la que el descanso adecuado se convierta en una pieza clave de la estrategia terapéutica.

Influencia del sueño deficiente en el dolor crónico: la visión médica

El Dr. Juan Pablo Núñez, especialista en dolor crónico y ex presidente de la Asociación Argentina para el Estudio del Dolor, comentó que el sueño es crucial para la restauración cerebral y varios procesos fisiológicos. Las personas con dolor crónico frecuentemente tienen problemas para dormir, lo cual intensifica su malestar. Según Núñez, no dormir bien aumenta la sensibilidad al dolor y genera una sensación general de malestar.

«El descontento provocado por la falta de descanso en quienes sufren dolor crónico se intensifica, dado que estas personas ya enfrentan una sensación permanente de molestia. La investigación realizada en Dinamarca ha proporcionado pruebas claras sobre la conexión entre el sueño y la disminución del dolor, lo que ofrece nuevas posibilidades para abordar esta situación de forma completa», declaró Núñez.

Cómo utilizar el sueño para gestionar el dolor crónico

El descubrimiento de que el descanso puede influir directamente en la percepción del dolor persistente representa un progreso significativo en el ámbito médico. Dado que los tratamientos tradicionales frecuentemente no consiguen un alivio total, analizar la calidad del sueño nocturno como parte de un enfoque integral ofrece una opción prometedora para quienes sufren de dolor constante. Aunque aún es necesaria más investigación para entender completamente los mecanismos detrás de esta conexión, el estudio de la Universidad de Aalborg señala un avance hacia tratar el dolor considerando no solo el cuerpo, sino también la mente y el bienestar en general.

Por: Alvaro W. Colina P.

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